Estados Unidos siempre ha tenido una relación de altibajos con el juego, que se remonta a la llegada de los primeros colonos europeos.
Mientras que los colonos puritanos prohibieron los juegos de azar en sus nuevos asentamientos, los que emigraron de Inglaterra tenían una visión más indulgente y estaban más que felices de tolerarlo.
Esta relación dicotómica ha continuado hasta ahora y en 1910 la presión pública condujo a una prohibición nacional del juego.
Al igual que la prohibición del alcohol en esa misma épica, resultó algo difícil de hacer cumplir dicha ley y el juego continuó discretamente. El colapso de Wall Street y la Gran Depresión a principios de la década de 1930 llevaron a que el juego se legalizara nuevamente, ya que para muchos esta era la única posibilidad de aliviar la pobreza extrema.
Aunque ahora los juegos de azar son legales en varios estados, siendo el más famoso en Las Vegas, Nevada, los juegos de azar online siguen siendo una especie de área gris en Estados Unidos.
En este momento, muchos casinos internacionales no pueden aceptar clientes estadounidenses, aunque puede que esto cambie próximamente.